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miércoles, 25 de junio de 2014

La infanta Cristina colaboró "activamente" en el blanqueo de fondos públicos obtenidos con "favoritismos y compadreos"

El juez concluye que financió con cargo al erario público gastos personales como viajes al extranjero, regalos, sesiones de liderazgo, decoración, servicio doméstico irregular pagado ‘en negro', fiestas... Afronta hasta 16 años de prisión. El matrimonio Urdangarín/Borbón utilizó su pertenencia a la familia real.


Una sociedad conjunta integrada por Iñaki Urdangarín y la infanta Cristina, de tan sólo 3.600 euros de capital social, fue el epicentro de una estructura societaria organizada por los duques de Palma para defraudar y encauzar el reparto de beneficios del matrimonio. Su nombre, Aizoon, y su destino: vaciar un aparente Instituto sin ánimo de lucro, Nóos, con el que el duque y su socio, Diego Torres,pasaban la gorra entre administraciones públicas y empresas y facturaban "inverazmente". El objetivo: crear un patrimonio familiar y rentabilizar su pertenencia a la familia real.

El auto del juez de instrucción 3 de Palma, José Castro, es contundente: no cree a la infanta Cristina y pide que sea juzgada por participar activamente en el vaciado de fondos del Instituto Nóos, que fueron obtenidos previamente con "favoritismos y compadreos". Los delitos a los que se enfrenta la infanta de España: dos delitos contra la Hacienda Pública y uno de blanqueo de capitales.

La sociedad Aizoon se trataba "de una sociedad pantalla sin apenas actividad y carente de personal efectivo", y creada como cauce para vaciar los fondos obtenidos del erario público. "Cauce en el que directamente intervino activamente Doña Cristina de Borbón y Grecia", sostiene el auto de Castro. Así lo refleja "hasta la saciedad" la propia Agencia Tributaria, los testigos y lo confirma el propio contrato de arrendamiento con la sociedad suscrito personalmente por ella como arrendadora.

Su marido, Iñaki Urdangarín, se asoció con Diego Torres "al objeto de rentabilizar económicamente hasta donde les fuera posible ante entidades privadas e Instituciones públicas el área de influencia que se derivaba del parentesco del primero con la Casa Real".

Como los millonarios beneficios obtenidos por el Instituto Noos eran "irreconciliables" con su naturaleza de entidad sin ánimo de lucro, "obligado era vaciar sus cuentas y en esa labor cobró toda su virtualidad" una red societaria que ambos crearon y "se afanaron de una manera compulsiva en facturar inverazmente contra aquella cuantos conceptos tenían a su alcance", sostiene el auto en el que se detallan los delitos y se imputan a 16 personas.

Dado que esas facturaciones provocaban una "derivación indeseable", como era el aumento de la base imponible del Impuesto de Sociedades, "se urdió un sistema de cruce de facturaciones" para que las sociedades de la trama quedaran con tipos mínimos. Otro sistema "para conseguir el mismo objetivo" fue Aizoon, creada en 2002, con el "deliberado propósito" de servir de cauce para el reparto de beneficios y gracias a la cual la familia Urdangarín/Borbón experimentó "un nada despreciable alivio". Y cuando ya no les resultó suficiente, se crearon sociedades opacas en Belice y Londres.

El dinero público desviado de Nóos a la empresa que la infanta Cristina tenía al 50% con Iñaki Urdangarín fue destinado a la reforma del Palacete de Pedralbes, en Barcelona, que adquirieron, además de gastos personales como viajes al extranjero, regalos, sesiones de liderazgo, decoración, servicio doméstico irregular pagado ‘en negro', fiestas, clases de baile de salsa y merengue, viajes de lujo y celebraciones familiares, con la contratación de carpas, mimo y globos.

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