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miércoles, 12 de junio de 2013

Exigimos el cierre de los CIES por ser guantánamos españoles



Comunicado de la Plataforma en Defensa de las Libertades Democráticas (PDLD)

Hemos sabido que Samba Martine, congoleña de 34 años con estancia irregular en España, y portadora de SIDA, fue víctima de la descoordinación existente entre el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, de donde procedía y el CIE de Aluche (Madrid),a donde llegó.

Dicha descoordinación le costó a Samba Martine una muerte innecesariamente dolorosa en la agonía que le provocó su enfermedad, ya muy avanzada. No fue el ya destruido y casi privatizado Sistema Nacional de Salud español el culpable de una muerte el 19 de Diciembre de 2011 sin cuidados paliativos ni hubo negligencia médica.

Simplemente, Samba Martín sufrió unos dolores inhumanos en su agonía porque el uno y otro centros de internamiento (prisiones con otro nombre para extranjeros sin papeles) no estaban coordinados. Y lo que conocía el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla respecto a la situación cuasi terminal de la enfermedad de SIDA de Samba era desconocido por el CIE madrileño.

Samba fue asistida por un prurito perianal, tos, dolor torácico, síntomas gripales y fuertes y persistentes dolores de cabeza, entre otros padecimientos pero el CIE de Aluche desconocía su enfermedad porque el CETI de Melilla no se la comunicó. La muerte de Samba puedo haber sido menos agónica. o incluso pudo haberse evitado, y más humana pero no existen protocolos médicos entre los CIES españoles porque en ellos la dignidad de la persona y el respeto a la vida humana se queda a sus puertas.

Los CIE españoles, y de un modo particular el de Aluche, en Madrid, son como cárceles pero más inhumanos.

Lugares sucios, sin espacios comunes, ni inodoros en las celdas, con personas hacinadas y tiradas en el suelo sobre mantas o sacos de dormir, donde conviven el delincuente con el simple inmigrante sin papeles, con servicios médicos saturados pero en los que faltan estancias de enfermería para aislar a un paciente que lo necesite, con jergones indecentes, malolientes y sucios sobre los que dormir es un acto de abandono de uno mismo. La falta de higiene y el frío son ambientes comunes a los que los internos deben acostumbrarse.

No, en los CIES españoles no hay presos. Hay personas que tienen muchos menos derechos a la dignidad y el respeto que los presos, simplemente porque no tienen papeles.

En esos lugares uno puede permanecer supuestamente no más de 60 días, aunque pueden llegar a ser muchos más, aislado del mundo, en muchos casos sin posibilidad de asistencia letrada ni acceso a ONGs de solidaridad que puedan velar por sus derechos.

Han sido múltiples las denuncias de asociaciones de derechos humanos y de solidaridad con los inmigrantes que han denunciado en dichos centros palizas a internos, violaciones de internas, malos tratos y suicidios derivados de las condiciones de hacinamiento en los mismos.

En uno de ellos, el de Aluche, por el que pasan más de 3000 personas al año, durante 2012 al menos 11 de los extranjeros que fueron recluidos para asegurar su expulsión, tenían descendencia española. Éste es un procedimiento completamente irregular según la legislación española.

Se ignora, a la hora de internarlas, las especiales circunstancias de cada una de estas personas, hasta el punto de que algunas de ellas pueden estar siendo presionadas para entrar en las redes de trata de blancas o ser personas que han iniciado el proceso de petición de asilo.

Estos lugares son un limbo jurídico desde el que un extranjero detenido por presuntos delitos (pueden ser infracciones menores) es expulsado sin existir sentencia firme que acredite su culpabilidad.

¡CIERRE DE LOS CIES YA!

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